Las palabras más importantes en todos los lenguajes son palabras pequeñas. Por ejemplo: “Amor”, “Si”. Son palabras fáciles de expresar.
Sin embargo hay una palabra que nos resulta difícil de expresar: “No”.
Esa palabra, tiene fama de maldita, de egoísta y de poco espiritual, pues en ocasiones, al decir “sí” a los demás, uno se está diciendo un “no” a sí mismo.
Los guerreros de la luz, hombres y mujeres del común, con una misión específica en este plano materia, son personas que, en lugar de decir siempre “SÍ”, a veces, dicen un “NO” rotundo a todo lo que no vibra acorde con un determinado ideal de bondad y crecimiento.
Los guerreros de la luz se reconocen por la mirada. Están en el mundo, forman parte del mundo, y muchas veces son cobardes. No siempre actúan correctamente ni son valientes o hacen o dicen lo que se espera de ellos.
Los guerreros de la luz sufren por tonterías, se preocupan por cosas mundanas, y se cuestionan y de vez en cuando, se creen indignos de cualquier bendición o milagro. Se preguntan con frecuencia qué están haciendo aquí. Muchas veces encuentran que su vida no tiene ningún sentido.
Por eso son guerreros de la luz. Porque se equivocan. Porque preguntan. Porque continúan buscando un sentido. Pero, sobre todo, porque son capaces de decir “NO” frente a lo que resulta inaceptable. Los guerreros de la luz, nunca toleran lo inaceptable.
A menudo nos suelen tildar de intolerantes, y radicales, pero no está en nuestra naturaleza ser indiferentes ante las circunstancias, si estamos frente a una injusticia o una crueldad.
Yo, aunque haya pasado por todo lo que he pasado, jamás me he arrepentido de las dificultades por las que he transitado, porque fueron éstas justamente, me han dado la fuerza, para llegar adonde he querido llegar. Tengo en mi las cicatrices, que dan testimonio de lo que he vivido, y que para mí, son la recompensa de lo que he logrado. Son estas queridas marcas, las que van a recordarme siempre, quien fui y en lo que me he convertido.
Las cicatrices son un recordatorio necesario cuando luchamos, por nuestros deseos más profundos y cuando en ese transitar a lograrlo, debemos decirles: “NO” a todos y todo aquello que, a veces con la mejor de las intenciones, intenta estorbar el camino que nos conduce a nuestra meta.